15 agosto 2011

Números



Viene el Papa, viene la guerra de los números.

Que si los costes, que si un millón de peregrinos, que si los ingresos aportados por ellos (a los mercaderos del templo ... y como no, a la ciudad de Madrid).

A la Religión, como sistema, le encantan los grandes espectáculos. El motivo es sencillo: ve en las multitudes que acuden a sus "shows" el aval de su actualidad, relevancia... y de su poder.

En cambio, Jesús siempre definía una conexión auténtica con Dios como algo personal y hasta secreto. Aborrecía el show y llamaba a los fariseos "hipócritas", un término griego originado en la idea de teatro y actores. El Carpintero siempre instaba en el aspecto íntimo y relacional con Dios: "Cuando hables con tu Padre, cierra la puerta para estar a solas con Él..."

La Religión se enorgullece de los números. Lo que cuenta son las masas, las mega-misas. Es una característica de sistemas religiosos que a mi me da escalofríos. Al ver a miles y miles en filas, debidamente ordenados, se me vienen a la mente las imágenes de los Parteitage de los Nazis en Nuremburgo, las manifestaciones sincronizadas de régimes totalitarios, y sí, constancia de las misas obligatorias del nacional-catolicismo fascista.

Para la Religión, el Indivíduo no cuenta. Vale demasiado poco. Cabe llenar la catedral / el estadio / el parque. Sino, el Marketing habrá sido un fracaso. El mensaje carecerá de "impactos". No entraremos en la tele. ('No verán lo importante que somos.') Pura pubblicità.
Y, claro está: todo esto no podría alejarse más del mensaje de amor y perdón de Jesús. En sus historias siempre enfatizaba el valor de cada persona: esa única y última oveja perdida entre las demás 99; la mujer que pasaba toda una mañana buscando una sólo moneda perdida; el valor impagable del hijo pródigo...

Y no eran precisamente los ricos, los guapos, los bien educados, y los famosillos a quienes solía buscar con semejante perseverancia. El Amor-Hecho-Hombre iba (y hoy va) en busca de toda persona ignorada o hasta rechazada por la Religión: la prostituta, la viuda pobre, el leproso, el adicto, el dudoso, el gay y la lesbiana, el agnóstico, el ateo... Gente que lucha con la "condición humana" y con los retos de esta vida. Gente como tú, y como yo.
Esta semana nos llenarán los oídos hasta la saciedad de números durante la visita papal: estadística tras estadística e imagen tras imagen: para convencernos de una Religión "renovada, joven y relevante". Para hacernos creer.

Pero esto no es ni lo que España necesita,
ni lo que Dios mismo desea.

Si no me crees, escucha estas palabras Suyas del Libro Mágico de mi Maestro
y forma tu propia opinión:

---
"No traigáis más vuestras vanas ofrendas,
el incienso Me es abominación.
Luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas:
¡no tolero iniquidad y asamblea solemne!

Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas señaladas las aborrece Mi alma;
se han vuelto una carga para mí,
estoy cansado de soportarlas...

Lavaos, limpiaos,
quitad la maldad de vuestras obras de delante de Mis ojos;
cesad de hacer el mal,

Aprended a hacer el bien,
buscad la justicia,
reprended al opresor,
defended al huérfano,
abogad por la viuda.

Venid ahora, y razonemos
dice el Señor,
aunque vuestros pecados sean como la grana,
como la nieve serán emblanquecidos;
aunque sean rojos como el carmesí,
como blanca lana quedarán."
---


Te animo a que vengas a ese Encuentro íntimo con Dios. No importa que seas el único, ni si otros te acompañan.
Será algo muy íntimo, entre tú y entre Él. La invitación es tuya, personal e intransferible.
Puede que te cambie para siempre.


Créditos foto: Vilem Heckel

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo. Me ha hecho recordar una frase que leí hace poco:
    "La Religión es como perfumar un cadáver; sigue siendo muerte"
    Y es cierto, se van a hablar de números malos (millones gastados) y números buenos (recaudados), pero total, para venerar a un hombre. Como decía una de mis amigas twitteras esta tarde: "A toda esta parafernalia papal, en mi pueblo se le llama idolatría".
    Por muy respetable que Benedicto sea, ¿para qué voy a venerarlo a él, si tengo como mi mejor amigo al Creador mismo del universo? No necesito masas para formar parte de una "religión"; prefiero tener una familia espiritual de verdad, en la cual crecer en el amor por la maravillosa persona de Jesús mismo. Ais.. :)

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Laura! Me han encantado tus reflexiones, sobre todo, esta frase: Por muy respetable que Benedicto sea, ¿para qué voy a venerarlo a él, si tengo como mi mejor amigo al Creador mismo del universo?

    Yo también tengo la impresión de que una Persona en concreto ha sido un poco (mucho) olvidada en medio de tanta adoración a Benedicto XVI... ¡Se llama Jesucristo!

    ResponderEliminar

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails